martes, 8 de noviembre de 2016

EMOCIONES...

Emociones primarias

Cada emoción provoca un conjunto de reacciones, a continuación las más evidentes:
Miedo: la sangre se reparte en lugares imprescindibles para tomar una actitud evasiva; puede ocurrir que nuestro organismo se paralice antes de tomar una salida acertada. Pero el cuerpo se encuentra sometido a un estado de máxima alerta. Se asocia al nerviosismo, ansiedad, preocupación, inquietud, y en un nivel mas grave, con la fobia y el pánico.


Ira: nuestro cuerpo reacciona enviando sangre hacia las manos, favoreciendo el empleo de armas o predisponernos para golpear de manera contundente. Se acelera la frecuencia cardiaca, y se elevan hormonas (adrenalina) que predisponen nuestro organismo, para emprender la acción. Se asocia con la hostilidad la furia, la indignación, y en casos extremos, con el odio patológico. 

Amor: sentimientos de ternura y complacencia sexual, generan un estado general de calma relajación y satisfacción, predisponiendo todo nuestro organismo al entendimiento mutuo. Se asocia a la simpatía, amabilidad, afinidad, adoración, pero en ocasiones patológicas puede conducir a dependencia extrema.

Alegría: se suprimen sensaciones negativas o de incomodidad. Se anulan prácticamente todas las reacciones fisiológicas de importancia, excepto la sensación de tranquilidad y calma corporal. Se asocia con el placer, la diversión, la armonía sensual, en niveles algo más altos, con la euforia, y el éxtasis.

Sorpresa: elevar nuestras cejas expresando sorpresa, nos permite ampliar el campo visual y que nuestra retina reciba más luz. Esta reacción aumenta la información sobre el acontecimiento, facilitando la mejor manera de elección ante la nueva situación.

Disgusto: Un gesto facial de disgusto se perfila para bloquear las fosas nasales en caso de percibir una sustancia desagradable y facilitarnos la necesidad de expulsarla.

Tristeza: en caso de perdidas, se asocia a una una función adaptativa y reparadora. La tristeza provoca una disminución de la energía e ilusión por las actividades cotidianas, paraliza nuestro metabolismo y nos limita y aísla. En casos graves, podemos alcanzar la depresión.

Interés: una emoción que nos ayuda a consolidar nuestra atención en un estímulo proveniente del entorno, por el cual y en circunstancias específicas, añadimos un valor referente.



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